¿Quién no ha estado expuesto a
los peligros, en la infancia? Pero si cambiamos la palabra, “expuesto” por “sufrir
un abuso sexual”, es algo completamente diferente.
Tras un abuso sexual,
potencialmente puedes desarrollar cualquier comportamiento en tu persona, mucho
dependerá de tu temperamento natural, así como del apoyo que recibas de la
familia y ayuda profesional, tan solo para tener de donde sostenerte, pero el
caminar estará lleno de obstáculos.
« ¿Quién eres tú?», me
preguntaban, aún lo recuerdo. Te confieso que es algo que se ha venido
fortaleciendo, pero fue difícil responder, sobre todo cuando desarrollas en tu
persona tantas cosas que no son tuyas.
No somos diferente en nada, quizá
tan solo por el sufrimiento interno no nos pudimos enfocar en un tiempo, pero
sentíamos igual que tú, no somos diferente en nada mi querido amigo, en nada.
Haber sido abusado, es vivir sin
espontaneidad en la infancia, buscando quien te quiera sin lastimarte, es un
verdadero crimen, una personita alterada, manipulada y expuesta.
Te dejo con un poco de
información de mi novela, espero que algún día la leas.
Juan M. Castro
ABANDONADOS EN LA OSCURIDAD
Por Juan M. Castro
ABANDONADOS
EN LA OSCURIDAD es una
novela de línea psicológica que nos transporta a un ambiente mágico de
parroquia, en donde la vida de dos niños se cruzan en un mismo hacer: el
servicio en el altar.
Allí,
Gabriel y Gerardo gozan de todo aquello que carecen en sus familias: atención,
cuidados de parte del padre Luís, paseos y cariño de la comunidad. Sin
imaginarse, todo cambia y son tratados con intolerancia y definidos por el
prejuicio de la Iglesia, que bajo el silencio, se niega a reconocer
públicamente algo que contradice su misión espiritual: abuso sexual.
Tendrán
que decidir en un mundo donde la vida es muy diferente de cómo la creían. La
honestidad a sí mismos y la fuerza de la fidelidad a la amistad, serán las
únicas opciones que tendrán para salir del oscuro círculo religioso que intenta
llevarlos hacia la culpa y el miedo a la condenación eterna, por difamar, a, «
un hombre de Cristo».
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