Lamento profundamente la muerte de los 49 jóvenes que
fueron asesinados por un fanático, por el terrorismo que busca desestabilizar
nuestra sociedad, por medio de la mentira, la manipulación de ideas y la
muerte.
Lamento profundamente el dolor de todos aquellos que
estaban conectados con los 49 jóvenes, sé que es un dolor indescriptible y
frustrante; momentos muy difíciles que solo en el tiempo y en Dios se puede
lograr la paz interior, pero jamás el olvido de ellos.
Lamento profundamente escuchar disparates de gente que
verdaderamente sí está enferma y aprovecha estos momentos para hacer
comentarios fuera de lugar, palabras vacías e inhumanas.
Lamento profundamente que haya hombres que dicen ser
pastores y que hagan comentarios homófobos, ignorantes y anticristianos de
estos jóvenes víctimas de la enfermedad humana.
Pareciese aún quien crea que el paraíso se obtiene por
ser heterosexual, “iglesia cristianas del coito vaginal”, entonces todo lo
relacionado con “LO OTRO-ELLOS” están condenados; pero tan solo desde la
perspectiva de los prejuicios y la ignorancia humana, NO DE DIOS.
¿Quién te dijo que los homosexuales no van paraíso?
¿Acaso crees que la salvación pertenece a quienes practican y disfrutan el
COITO VAGINAL? ¡Dios mío! Un paraíso de machos ignorantes. Tendrás que leer de
nuevo las Sagradas Escrituras, sí, pero saberlas interpretar, iniciando con una
profunda oración con Dios, con ese Dios creador amante de la diversidad humana,
a ese Dios que Cristo nos enseñó a llamarlo “Padre”, el padre misericordioso
que siempre espera el retorno de su hijo amado.
Todos esos pastores y personas que tanto odian la
homosexualidad, ¿verdaderamente creen que los herederos del paraíso serán los
que practiquen el coito vaginal?
Dios, creador de todo y señor de todo, es el único que
otorga la salvación, la relación con Dios es personal. El resto de los
prejuicios, coitos vaginales o anales, tan solo son parte de una práctica
cultural, de una sociedad y sus costumbres, nada tiene que ver con lo
espiritual.
Que Dios tenga misericordia de nosotros por nuestra
ignorancia, que la paz y la tranquilidad llegue a todos aquellos que amaban a estos
jóvenes.
Te quiero
Juan M. Castro