martes, 23 de agosto de 2016

¿Dónde te encuentras?



«¿Dónde te encuentras?», Repetía con frecuencia mientras dormía; él tan solo la observaba con cariño, tocaba con suavidad su mano, una intensa emoción le trasmitía y se manifestaba en un sueño del que diría después, «… parecía real, era él, lo sé…».


¿Quién conoce la profundidad del misterio de la vida y de la vida espiritual? Cualquier intento de respuesta tan solo será presuntuosa, dudosa y tradicional-repetitiva.
Tantas personas han pasado por este mundo, aún seguimos creyendo que lo entendemos, actuamos en solitario y materializados, preocupados por pertenecer, enfocados en las propias necesidades, pero tan solo somos protagonistas temporales, otros estarán en nuestro lugar.  
La sociedad nos ha programado, hemos limitado el concepto de la vida, entonces nos convertimos en los seres más miserables al creer que este mundo es la única y pobre realidad que existe, sería un horror.
Llegamos en un momento específico a este mundo, en el mayor de los casos rodeados por el amor de una madre, pero de la manera casi repentina y jamás deseada, también partimos, lo que fue nuestra realidad se convierte entonces para los demás en dolor, pero eventualmente en un simple recuerdo.
Cuando Dios es una realidad en la vida de una persona, entonces todo adquiere un sentido distinto, aunque el miedo, propio de la humanidad esté presente.
«Esa noche finalmente se hizo presente, el impacto no me permitía procesar mis pensamientos, pero mis emociones sí, intensas lágrimas, la sensación de un fuego que me abrazaba y recorría mi cuerpo, no lo podía negar, era él».
Te quiero.
Juan M. Castro