jueves, 7 de agosto de 2014

El momento ha llegado




Estaba ya cansada de él, pero sabía que lo necesitaba por el momento, sería un instante el que terminaría cuando llegara la oportunidad que esperaba en el menor de los detalles de la vida diaria.  



Esa noche, después de sentirse obligada a entregarse, el se levantó de la cama al escuchar a los perros ladrar, ya nunca más regresó, el momento tan deseado para ella había llegado.   


«Yo no lo mate, pero nunca lo amé, en estos últimos años lo quería fuera de mi vida, lo peor le deseaba y hasta en su muerte pensé, pero eso no me hace culpable. Debo de reconocer que me he hecho admiradora de su asesino, pues con su crimen ha hecho realidad mis sueños», recordaba entre risas su declaración a la policía. 


Quizá seamos inocentes en un determinado caso, tan limpios como una ingenua y tonta paloma, pero eso no quiere decir que la ética y la moralidad sean parte de nuestra vida. 


En el funeral ella lloraba con gran intensidad, pero no por él, sus lágrimas eran de alegría, de sentirse liberada, ¿era cruel? 


Estamos insertados en una sociedad que nos ha enseñado a manipular las propias emociones, teniendo una para cada ocasión, un tonto prejuicio sobre el deseo, aquel impulso honesto y natural que surge en la más perfecta armonía con la reacción, aunque no siempre el efecto es positivo. 


Quizá no sea verguenza, más temor el descubrir que es tan poco los que nos diferencía, que bien podría haberlo hecho yo. 


Te quiero

Juan M. Castro

domingo, 6 de julio de 2014

Amigo mío





Algunos días quisiera no levantarme de la cama, ya que el cansancio de tanto pensar me agota inmediatamente, quizá sea esa parte de la irrealidad de la vida tan confusa cuando no te has envuelto en ella, como un sunami te lleva de manera contraria a lo que no quieres, aunque en el momento te llena de satisfacciones. 



Él sabe que lo amo, somos íntimos amigos, pero la fuerza de la locura de algunas decadas atrás lo envolvió y ahora lo está matando, dejándole tan poco tiempo, que mirar atrás tan solo le engendra vacío y tristeza. 


Retomar el sentido no significa olvidar el pasado, pero sí hay un sentimiento de melancolía que no se pierde, un instante de la vida que recuerda lo mucho que pudo haber significado, pero que ahora tendrá que retomar nuevas formas para poder sobrevivir, porque ya nada vuelve a ser igual.


Esa noche lloraba en mis brazos, pero su dolor tan solo me recordaba el mío, su frustracción frente a la terrible y dolorosa enfermedad tan solo significaba uno de mis más grandes temores; arrepentirme de un pasado que terminó ayer, como si todo hubiera sido un tiempo que nunca me perteneció.  



Llegado el momento frente a la verdad de los últimos días de vida, muchas emociones invaden, pero es más intenso cuando el arrepentimiento de un pasado terminó ayer. 


El reconocimiento de una verdad obliga a la renuncia, el arrepentimiento de una vida contraria al trágico momento que está consumiendo la existencia. 


Te recordaré siempre, pero más cuando estos días tan difíciles sean míos.


Te quiero

Juan M. Castro

lunes, 30 de junio de 2014

AMORES & DECISIONES




AMORES & DECISIONES



En la profundidad de la oscura depresión, allí donde es difícil escuchar, ya que el sentido se ha perdido, entonces estaba sola. Hoy había decidido que fuera el ultimo día, lo terminaría dejando correr su sangre, sí, cortando las venas. 



 De manera inexplicable, como tantas cosas suceden en la vida, alguien llegó en ese instante. Al perder el control de sí misma, su espíritu lo tomó, una lucha había iniciado entre el sentido y una memoria plagada de tristes recuerdos.

Cuando me habló salí corriendo a su encuentro, llegué, la abracé y lloramos juntos. 


«¡Con qué facilidad nos olvidamos a nosotros mismos! Es imposible vivir y ser feliz evadiendo la realidad que te rodea. Te amo, pero tenemos que hablar, soluciones tenemos que darle. Me pides que me entregue a ti, pero tengo mi memoria llena de cosas que nos hemos solucionado y me lastiman, me confunden a cada momento. No puedo entregarme, pero sí te amo, ¿me entiendes? Necesitamos hablar, no podemos posponerlo más, no estamos bien, somos dos, no eres tú solo», ella lo planeó por décadas, sin lograrlo.



Tenerme no significa poseerme, no te engañes, mi opinión y mi persona necesitan vivir y alimentarse por sí mismas, no en ti y para ti amor. 


Te quiero

Juan M. Castro