miércoles, 11 de mayo de 2016

Hasta Pronto, Padre Eusebio





El día de ayer me enteré de la muerte del Padre Eusebio y las terribles circunstancias en que sucedió. ¿Cómo es posible? Pero ¿acaso podemos conocer todo el tiempo las intenciones de las personas? Me refiero a esos criminales, que seguramente se acercaron como amigos.



También me impactó leer las tontas palabras de quien fuera su pastor, sí, del arzobispo Rafael Romo Muñoz, que en vez de dar consuelo a su familia y amigos, pero no, como una ingenua chismosa de lavadero, abrió el hocico como ya es costumbre, sacó lo negativo, como si no tuviera tela de donde cortar, que ¿acaso no fue suficiente las circunstancias de la horrible muerte del Padre Eusebio? Quién fue en un tiempo parte de sus sacerdotes.



¿Necesitaba más el arzobispo? Más, mucho más, para él nada es suficiente, solo él es santo, él y su santa comisión que lleva las riendas de la Iglesia de Tijuana.
En mi corazón, en mi memoria usted seguía siendo un sacerdote, por eso lo sigo llamando Padre, lamento mucho mi querido amigo el dolor, el sufrimiento que padeciste en tus últimos momentos.



Te recordaré, te recordaremos siempre, como sacerdote hiciste un magnífico trabajo, gracias por ello.
Me siento muy triste, me siento molesto.
Juan M. Castro

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