Buen día mi querido amigo y lector, bienvenido a una semana
más de trabajo. El día de ayer me reuní con un amigo para platicar y tomar
café, sí, disfruté mucho la conversación, hablamos sobre las emociones,
sentimientos y las asociaciones.
«La memoria con facilidad nos lleva a asociar un detalle del
presente, con hechos ya experimentados, los cuales ya sean agradables o no,
producen ciertos sentimientos en el presente, que, de no tener conciencia de la
asociación, terminan influyendo en nuestro estado de ánimo», yo le decía.
Quizá y seguramente
lo sabes, pero sé que no todos, muchas veces en la constante vida cíclica,
donde es difícil tener una conciencia clara, ya que se camina en sentido contrario
a la personalidad, los sentimientos fluyen entre un pasado y el presente,
empujando a una cierta tristeza diaria, cada vez más profunda.
Aquellos, que, al igual que yo, hemos sufrido una serie de
abusos, es más el trabajo, la constante de monitorizar las emociones, ya que
con facilidad nos pueden llevar a la depresión, que en mayor o menor
intensidad, pero igualmente es desgastante y letal en el tiempo.
Todo pasa, iniciando por la vida misma, vale la pena adentrar
en lo más hondo de nuestro interior, mucho de lo que encuentres ni tan siquiera
pertenece a ti, sí, tan solo identifícalo para hacerlo a un lado, no es tuyo,
pero has caminado mucho con ello.
Cuando logramos conectar con las emociones más profundas y
lo que las origina, entonces los primeros anhelos resurgen, haciendo posible el
cambio de costumbres y hábitos, sí, una nueva vida en acción.
Abrazos mi querido amigo, mucho es posible, si así lo deseas
e inicias un proceso, que, en el tiempo te llevará a tus anhelos, allí donde
todo tiene un sentido.
Te quiero.
Juan M. Castro
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