miércoles, 15 de junio de 2016

IGLESIA CRISTIANA DEL COITO VAGINAL




Lamento profundamente la muerte de los 49 jóvenes que fueron asesinados por un fanático, por el terrorismo que busca desestabilizar nuestra sociedad, por medio de la mentira, la manipulación de ideas y la muerte.


Lamento profundamente el dolor de todos aquellos que estaban conectados con los 49 jóvenes, sé que es un dolor indescriptible y frustrante; momentos muy difíciles que solo en el tiempo y en Dios se puede lograr la paz interior, pero jamás el olvido de ellos.
Lamento profundamente escuchar disparates de gente que verdaderamente sí está enferma y aprovecha estos momentos para hacer comentarios fuera de lugar, palabras vacías e inhumanas.


Lamento profundamente que haya hombres que dicen ser pastores y que hagan comentarios homófobos, ignorantes y anticristianos de estos jóvenes víctimas de la enfermedad humana.
Pareciese aún quien crea que el paraíso se obtiene por ser heterosexual, “iglesia cristianas del coito vaginal”, entonces todo lo relacionado con “LO OTRO-ELLOS” están condenados; pero tan solo desde la perspectiva de los prejuicios y la ignorancia humana, NO DE DIOS.
¿Quién te dijo que los homosexuales no van paraíso? ¿Acaso crees que la salvación pertenece a quienes practican y disfrutan el COITO VAGINAL? ¡Dios mío! Un paraíso de machos ignorantes. Tendrás que leer de nuevo las Sagradas Escrituras, sí, pero saberlas interpretar, iniciando con una profunda oración con Dios, con ese Dios creador amante de la diversidad humana, a ese Dios que Cristo nos enseñó a llamarlo “Padre”, el padre misericordioso que siempre espera el retorno de su hijo amado.
Todos esos pastores y personas que tanto odian la homosexualidad, ¿verdaderamente creen que los herederos del paraíso serán los que practiquen el coito vaginal?
Dios, creador de todo y señor de todo, es el único que otorga la salvación, la relación con Dios es personal. El resto de los prejuicios, coitos vaginales o anales, tan solo son parte de una práctica cultural, de una sociedad y sus costumbres, nada tiene que ver con lo espiritual.
Que Dios tenga misericordia de nosotros por nuestra ignorancia, que la paz y la tranquilidad llegue a todos aquellos que amaban a estos jóvenes.
Te quiero
Juan M. Castro

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