jueves, 31 de octubre de 2013

Juan M. Castro: Noche de pacto

Juan M. Castro: Noche de pacto: ¿Se podrá adorar a Dios en el día y al diablo en la noche? ¿Será posible amar a la esposa y de vez en cuando a la amante? Día de brujas,...

Noche de pacto


¿Se podrá adorar a Dios en el día y al diablo en la noche? ¿Será posible amar a la esposa y de vez en cuando a la amante? Día de brujas, un día perfecto de ese ancestral calendario para derramar sangre, quizá una de las mejores formas de sellar un pacto más allá de la muerte.  
Día para pedir dulces en la tarde, pero también favores en la noche, un momento que inicia al encender la vela de los intensos y secretos deseos, pero sin pensar en las consecuencias, porque de  hacerlo el conocimiento asesina al deseo.  


 
Noche de brujas, una noche ideal para bailar desnudo con Satanás, bebiendo todos de la misma copa, una bebida hecha con miel y gotas de sangre de los presentes, quebrantando lo mismo que él hizo cuando vivía en armonía con la naturaleza de su creador.  
Esta noche no importa nada, pero ¿se podrá participar y olvidar por un momento tu identidad? El olvido siempre trae consecuencias, algunas jamás terminan.
Noche para adorar al diablo, invocarle y consagrarte a él, quizá mañana te arrepientas y creas que nada ha sucedido. Repítelo, «Si he de morir esta noche, quisiera hacerlo de la mejor forma para honrar a este mundo, desnudo en una orgía, bebiendo y quizá con el cuchillo manchado con la sangre de ellos», me decía mientras me ofrecía la copa en presencia de ellos.
 
Juan M. Castro

martes, 29 de octubre de 2013

Juan M. Castro: ¿DÓNDE ESTOY?

Juan M. Castro: ¿DÓNDE ESTOY?:   Cuando llega ese último y abrumador segundo, la vida deja de asociarse al tiempo, entonces la realidad se transforma, algo difer...

¿DÓNDE ESTOY?


 



Cuando llega ese último y abrumador segundo, la vida deja de asociarse al tiempo, entonces la realidad se transforma, algo diferente de como las generaciones lo han venido concibiendo, teniendo un efecto dramático en la propia conciencia, entre lo que se creyó que era y lo que es.

 La división entre un desconcertante conocimiento del pasado frente a un inicio marcado por la radicalidad, el sentido y la fuerza de un naturaleza espiritual.



 


Tristemente para algunos ya no existirá la opción, pero el interior será el último en seguir creyendo, allí donde radica el más terrible conocimiento, el eterno sufrimiento ausente de esperanza.

«¿Dónde estoy? Despertar de aquel terrible sueño fue lo mejor que sucedió, ¿acaso el miedo podrá hacerme abrazar la rectitud? ¿Por cuánto tiempo será? Viviré con temor día a día, una lucha entre las más bellas convicciones y las costumbres que he hecho realidad en mi vida, tan intensas que de no tener conciencia de ellas  y de su influencia sería ingenuo creer en un cambio», pensé en mi interior.  

Esa noche fue difícil dormir, me levanté y salí a caminar al jardín, hacía mucho frío, pero más insoportable fue la extraña ansiedad que consumió mi tranquilidad. Algo sucedió que lo alteró todo, un invasor estaba entre los oscuros arbustos de mi casa, el reconocimiento inmediato de su presencia despertó un intenso terror que no me permitió figurar nada, era la maldad misma capaz de destruirme, pero no estaba allí por mí, tan solo había sido una coincidencia.

No estaba solo, una víctima que le pertenecía lo acompañaba y era torturada por él, pude verle el rostro y sentir su desesperación, ya no brillaba la luz en los ojos, en mi interior lo cuestioné, «¿Cómo llegaste a entregarte a ese monstruo?».  

Sabiendo leer el pensamiento respondió a mi mente, sin conocer sus intenciones le permití continuar susurrando en el secreto de mi interior, me protegía de él mismo y me hacía partícipe de su sufrimiento, donde no existe el final, quizá el saberlo juntos fue intentar saciar su constante intranquilidad en la desoladora eternidad, un insignificante instante en mi tiempo.

Me dijo,

1

«Lo busqué en la oscuridad, pero no lo encontré, la curiosidad me hizo desnudarme frente a la luna llena y seguir los antiguos rituales, pero no hubo señal alguna de tu interés, mis sacrificios hasta derramar sangre no fueron suficientes.

2  

Sabes mejor que nadie como quebrantar la vida misma, lo has hecho con la mía, por eso actúas con astucia y discreción con quienes no te conocen, pero sabes que tu ventaja no cambiará lo que ya se decidió sobre nosotros, quizá allí radique tu intensidad capaz de destruirlo todo si de ti dependiera, pero ahora tu suerte es la mía.

3

Muchos han querido penetrar en lo que han llamado, “Tu sabiduría”, pero al final tan solo hemos encontrado un triste conocimiento, una realidad sin libertad que conserva algo de lo que fue tu naturaleza, pero ahora ausente de compasión.

4

¿Qué se puede esperar de ti? Lo que has hecho no es admirable, tan solo eres la ausencia de tu esencia misma, la versión contraria y traicionera a la voluntad perfecta, un pacto de amor quebrantado por tu desconocimiento a la providencia a quien perteneciste y quien te lo había dado todo, como me dio la vida a mí.

5

En el hombre reproduces una melancolía confusa, la armonía deseada frente a las necesidades instintivas más destructoras, haciéndole creer en una imagen propia, pero que tan solo es una pobre versión de tu realidad.

6

Aún en medio de la confusión humana por encontrar el sentido de la vida, existe una esperanza para quienes continúan abrazando la espiritualidad y el conocimiento con todos sus fundamentos lógicos, la unidad perfecta con su creador, donde el reconocimiento que tú y yo negamos es la fuerza del amor que todo lo hace posible, a tal punto que el creador se hizo también creatura por amor», concluyó, respiró profundo y miró a su verdugo a los ojos, pero no se liberó del sufrimiento, ya era muy tarde el reconocimiento de su fe, ahora le pertenecía a él.

 

Juan M. Castro

 

 

 

viernes, 11 de octubre de 2013

¿Dónde estás?


¿Dónde estás? Me estoy cansando de vivir con tu existencia solo en mis pensamientos, pero sin disfrutar juntos de la vida. Cuando la desesperación me invade he llegado a creer que eres una tonta ilusión, el fruto de mis deseos, una persona que no podría encontrar en esta sociedad tan deshonesta y vacía de amor.
 



 



Mi intensidad se desborda por tu llegada, un mutuo reconocimiento que permitirá lo mejor de los dos, pero hoy tengo mucho por resolver con decisiones dolorosas que tanto me lastiman, experiencias con conocimientos que a veces cierran la posibilidad de nuestro encuentro.
No quiero celebrar con ellos, nada tenemos en común, yo prefiero caminar solo en la playa, está de más intentar ser feliz cuando tú aún no estás a mi lado, te necesito tanto amor mío, que como un loco me resisto a negar tu existencia.
El egoísmo no tiene lugar cuando se vive en el amor, el no reconocerlo es hacerlo a un lado, allí donde lo más perfecto está condenado a morir, a transformarse en una maldita carga que asesina la infinita belleza que pudo haber sido de dos.  
Es verdad que a veces el amor está a un lado, pero se necesita más que voluntad para reconocerlo, quizá tan solo con dejar que fluya la consideración baste.
Como siempre me ha sucedido, el día que te vea o que te reconozca ya en mi vida sabré que estaba en lo correcto, porque cuando el deseo se mantiene firme ocurre el verdadero encuentro, aunque haya estado contigo muchos años, entonces hasta ese momento amor mío.
Juan M. Castro
 

viernes, 4 de octubre de 2013

Juan M. Castro: Otras realidades

Juan M. Castro: Otras realidades:   Es tanto lo que hoy se puede entender gracias a la experiencia y sus métodos científicos, en apariencia diferente a otros tiempos...

Otras realidades


 

Es tanto lo que hoy se puede entender gracias a la experiencia y sus métodos científicos, en apariencia diferente a otros tiempos donde todas las verdades concebidas eran definidas, dando como resultado una sociedad llena de supersticiones e ignorancia, ¿estaremos en la actualidad retornando a este extremo? Creer tan solo por la objetividad de la ciencia, veo una constancia racional que se hace más fuerte y una negativa a reconocer la existencia de lo que está fuera de su comprensión.
 
 

Desde las primeras interrogantes frente a los desafíos de la naturaleza y la constante presencia de la muerte, es como se originaron las grandes e influyentes ideas que limitaron la vida y lo espiritual, creencias que hoy han sido descodificadas, una tendencia que va más allá, anulando otras formas igualmente reales, pero intangibles.
La pretensión del entendimiento y sus métodos han llegado hasta las puertas de lo incomprensible, esa otra realidad que es espiritual. La psicología, la antropología y la sociología en su afán del entendimiento del comportamiento han logrado mucho, pero no han podido explicar ciertos hechos y como consecuencia de su lógica los han negado, remplazando la verdad por una definición contraria a su naturaleza, repercutiendo en la conciencia del hombre al definirse a sí mismo.
¿Dónde se encuentra la forma para darle credibilidad a otras verdades que escapan a la razón? ¿Acaso la ciencia tendrá la autoridad para interpretar todas las manifestaciones de vida? Claro que no, ya que tampoco lo ha podido hacer en su totalidad con la vida biológica, mucho menos con lo espiritual, intentarlo no significa tener acceso a ella.
Mira con profundidad tus ojos frente al espejo, permite que fluya lo que hay en ti, podrás encontrar mucho en tu interior, emociones mal situadas que han venido alterando la naturaleza de tu persona, «Cuidado con las palabras y gestos, tu pensamiento no lo pueden conocer ellos, pero sí figurarlo cuando ya lo has decidido», me decía él esa noche. 
¿En qué consiste la realidad? En algo indefinible para la razón humana, una sucesión de formas de vida que va desde lo simple hasta lo complejo, pero conectadas entre sí por lo inexplicable. Es mucho más de lo que pretendemos creer, rebasa los límites del entendimiento y de la explicación lógica, hay verdades que hemos logrado atrapar en la comprensión, pero lo espiritual siempre escapa, tan solo la muerte nos une a esa realidad que tanto influye en la vida diaria, pero que negamos quizá por el miedo a no saber definirlo.
Nunca estás solo, cuando ciertas costumbres han logrado cimbrar tu voluntad, entonces el pensamiento los atrae a cada instante, materializando su influencia en tus acciones. Abrir puertas espirituales es lo más simple, la llave tiene que ver con la pérdida del conocimiento que tienes de ti y de los demás.
La inteligencia humana tiene una gran fuerza, es capaz de profundizar todo, pero aún algunos seguimos creyendo que solo trasciende cuando está acompañada de la oración, el perfecto estado que une con el creador.
Juan M. Castro

martes, 1 de octubre de 2013

Juan M. Castro: Verdades mucho más allá

Juan M. Castro: Verdades mucho más allá:   ¿Qué tanto cambiaría de decisiones si al final la realidad fuera muy distinta de lo pensado? El presente no siempre me per...

Verdades mucho más allá




 

¿Qué tanto cambiaría de decisiones si al final la realidad fuera muy distinta de lo pensado?
El presente no siempre me permite ver, al igual tampoco garantiza nada, todo puede cambiar, pero de igual forma resulta repentino e impactante. Mi ingratitud no me aparta del amor, quizá me hace sufrir un poco, pero termina conduciéndome a lo que siempre he soñado, es la otra cara del dolor, allí donde en el desolado camino te encuentro.


 
El sentido que le he dado a mi vida frente al real sentido, aquellas verdades con las que me enfrentaré, ¡Dios mío! ¿Será posible que haya olvidado e ignorado tanto? Me refiero a ti, ahora ya nada depende de mí, pero sigo siendo tuyo de igual forma como en aquellos tiempos.
Son tantas las satisfacciones diarias, pero todas me llevan a una ausencia de ti, ¿será posible que aún con tanto me resista a perderte? Con frecuencia justifico todo en lo que me hicieron ellos, sí, es verdad que no perteneces a nadie,  me conoces tanto, que seguramente me representarías mejor que yo mismo, entonces es cuando me pregunto, ¿sabías que esto iba a sucederme? ¿Por qué lo permitiste? No me importa el dolor, temo más un día cerrar la puerta para siempre y no darme cuenta de ello.
Hay tanto que aún no entiendo de la vida y de ti, pero sé que no quiero perderte, ¡jamás! Cambiaría el mundo entero si eso nos acercara aún más, porque perderte es inconcebible, nunca se puede romper una unión tan perfecta en el entendimiento y en el amor, ¿verdad que no? Dime que no por favor, claro, dicen muchos que la última decisión tan solo es tuya.
Enseñame lo que es el amor, quiero que tú me lo muestres.
Juan M. Castro