viernes, 25 de marzo de 2016

ELLA



«¿En qué momento perdiste la alegría de vivir, de ser tú? Los días eran intensos, llenos de proyectos y actividades, pero has permitido, sí, dejaste que la influencia de un entorno que no elegiste reemplazara esa armoniosa definición de ti que comenzabas a fortalecer, lo hiciste para agradar y ser como ellos, pero ¿dónde están ahora? Experimentar la culpa no te ayuda en nada, reemplázala por el deseo y el anhelo de recobrar tu identidad que sigue expuesta a la merced de la ignorancia del verdadero sentido de la vida», le decía esa noche.  


Ellos la consideraban ya muerta, un imposible, pero había conocido el vivir con plenitud, allí radicó el inicio de su reencuentro, el mejor impulso es la verdad y el conocimiento adquirido o recobrado, entonces la fuerza en su interior se hizo mayor, el sentido más que nunca.  
Después de todo, en el tiempo y en el vivir lo único que queda es el conocimiento de saber identificar la verdad y el amor, aunque no sea una realidad en ti.
Te quiero.
Juan M. Castro

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