«El todo que perdura y el nada que está condenado a
finalizar; el vacío de la vida frente al sentido y la realidad espiritual; el
valor excesivo de lo temporal y la cuestionable certeza de lo intemporal,
aquello que muchos hablan en distintas formas, pero tristemente con muchos
condicionamientos meramente humanos, quizá allí radica la negativa, olvidar el
sentido común y adoptar un estilo de vida que poco tiene de mística.
¿Qué más
podemos esperar de un mundo donde los intereses humanos tienen muchas máscaras?
Muchos se han entregado, pero tan solo han seguido a personas, han sido
víctimas del engaño y del fanatismo»
Dicen que, «Recordar es vivir de nuevo», sí lo creo.
Anoche con frío y frente a la chimenea, intensos y relajados momentos, era
imposible no recordarlo, viví de nuevo ese doloroso pasado lleno de ansiedad,
donde todo dependía aparentemente de otros, donde los más mínimos detalles eran
interpretados por ellos, ellos que pretendían hablar en nombre de una
institución hoy marcada por el escándalo y la poca credibilidad.
«Te lo dije, te lo dije muchas veces, pero siempre
dudaste de ti y confiabas más en ellos, pero no te culpo, eras ingenuo, no tenías
experiencia, no sabías que la vida se define y se asumen las consecuencias. A
los 15 años cometí muchos errores, me entregué sin cuestionar, no hubo nadie que
me previniera, estaba completamente solo, el impacto, el dolor y el abuso
emocional fue muy grande», aún me grita mi interior, cuando esos recuerdos
gastan mi tiempo.
Cuando profundizas con honestidad, solo para conocer la
realidad, quizá una triste realidad y partes de esa definición que ellos
formaron en ti, pero que tú has creído, entonces en el tiempo estarás bien, en
el tiempo solamente, pero llegará, gradualmente encontrarás la paz, entonces
sabrás quien eres realmente.
Te quiero.
Juan M. Castro
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