«El amor, ¡oh sí! Cuanto puedo decir, ese primer
encuentro inesperado, miradas que bien pareciesen una comunicación, pero sin
palabras; una ansiedad, una emoción y un gran deseo de conocerlo todo, una explosión
interior que solo es posible cuando se es correspondido», creía ingenuamente.
Cuando existe la honestidad, el entendimiento y se
utilizan las prudentes palabras que jamás lastiman, entonces, ¿por qué se acaba
el amor y de una manera fea e incomprensible?
Los momentos más intensos tan solo residen en el pasado,
pensar en ello trae dolor, frustración y tristeza; la incomprensión, la
intolerancia son las responsables, entonces me alegro, nada he perdido porque allí
jamás existió ni tan siquiera un poco de admiración.
Sin duda los límites son propios de una humanidad
extremadamente emocional, pero no existen esas barreras, porque cuando aparece
el verdadero amor siempre lo transforma todo.
Te amo, te quiero donde quiera que estés, espero que
nuestras vidas se crucen muy pronto, estoy seguro que tú también lo deseas.
Te quiero.
Juan M. Castro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario