martes, 24 de mayo de 2016

LOS PREJUICIOS




Los prejuicios, propios de las circunstancias culturales que nos rodean siempre representan un obstáculo para acceder a la profundidad de una verdad y a su adecuada definición; con frecuencia desarrollan un desapercibido, pero letal letargo en el proceso de formación de una persona.



La búsqueda de la verdad es el reconocimiento de la necesidad de los genuinos fundamentos para iniciar el proceso de libertad personal, en conjunto será el final del oscurantismo social, el reencuentro con la propia naturaleza humana, con el sentido y finalmente con la plenitud que es Dios.
¿Por qué tememos a nuestra naturaleza y a sus propias inclinaciones?
En medio de la desnudez, la soledad y frente al espejo, no debiéramos mentirnos, pero cuando el cáncer de los prejuicios está presente, entonces podemos adquirir temporalmente cualquier máscara, pero jamás será la nuestra, porque ni tan siquiera nos conocemos a nosotros mismos, porque estamos ocupados intentando definir al mundo.
La única verdad que permanece es la que nace del reconocimiento de la propia naturaleza asimilada, sí, del interior, una verdad que se traduce en hechos.
Te quiero.
Juan M. Castro

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