Con la mano cubrió su
boca y agachó la cabeza, la precisión del rímel hacía embellecer más las
pestañas con sus penetrantes ojos, un contraste con el dolor que realmente
estaba viviendo en su interior, hasta que brotaron las primeras lágrimas.
¿Quién conoce lo que
ella guarda en su interior? Palabras que despiertan antiguos recuerdos, un retornar y
vivirlo de nuevo, un sentimiento instintivo difícil de manejar solo por la
razón. ¿Quién dijo que no se maneja mejor entre dos, aunque pertenezca a uno?
La comprensión de él y
la razón de ella que lo ve muy claro, son las mejores combinaciones. ¿La
soledad? No es su más grande temor, pero tampoco significa un deseo, no, quiere
lo mejor para los dos, pero él lo confunde con satisfacción.
El amor no es egoísta, es
un comportamiento consecuente e instintivo con los mismos signos, no hay mucho
más que interpretar, quizá más decidir.
Tomó su bolso y las
llaves del auto, esta vez había sido suficiente, ¡qué mejor forma de encontrar el amor! Sí, alejándose de quien
creía que lo conocía.
Juan M. Castro
No hay comentarios.:
Publicar un comentario