jueves, 1 de agosto de 2013

La vida



Cierro los ojos, entonces me transporto, salgo de los límites y de los conceptos que he aprendido de esta sociedad con la que lucho, donde pareciese que la vida solo es poseer. 


 Como un cuento de ficción, ahora mi vida se hace más profunda, pero sin sentido para ellos, quizá se deba a la ausencia del deber que he rechazado, ya que produce más irrealidad, alejándote de la verdad, de la vida y de Dios. Es algo que me empuja a buscar la libertad, más allá de lo que en un tiempo fueron los fundamentos de mis convicciones, aquellos que me hacían actuar de una forma, honesta, pero ingenua, destructivo para mí y siempre beneficioso para ellos.  




La vida al igual que Dios no pueden ser encerrados en conceptos e interpretaciones humanas, no, ese proceder tan solo lleva a la superstición, a una pretensiosa fe ausente de realidad. La búsqueda de algo más, siempre será superior a lo entendido, quizá allí radique uno de los más sagrados secretos de la vida. 


Aquella noche, sí, la recuerdo muy bien, caminaba hacia la capilla, en una gran lucha con la voz de mi interior ¿por qué no es posible hacerle frente? Lo intenté, pero terminé por escucharla. Todo tuvo que cambiar, en un largo proceso el reconocimiento de lo entendido lo redefinió todo, pareciendo a veces un sacrilegio, pero no, es mucho más que palabras, es la vida misma que no puede ser encerrada.  

Juan M. Castro


No hay comentarios.: