Con algunos pequeños
detalles es suficiente, quizá a eso le pueda llamar “necesidad”, pero sí es
válido definirlo así, ya que es transformador, entonces realmente no es tanto
por hacer si es inspirado por un deseo honesto.
Las dos fuerzas
contrarias que con facilidad florecen del interior del hombre, sí, cualquiera
de ellas inicia con los pequeños detalles, aquellos que encuentran una
justificación y un propio entendimiento alimentado en el tiempo, aunque sea
incomprensible para los demás.
Vivimos y morimos
bajo una conciencia propia, pero en medio de interpretaciones universales que
nos predisponen, interrumpiendo así el camino personal que está labrado por
experiencias y sentimientos únicos, asociados con los recuerdos, donde las palabras
y acciones de otros violentan el presente.
Tu memoria y el
presente es lo más sagrado, es el propio espacio donde respondes a cada
inquietud, donde no hay consecuencias, tan solo una continuidad que te llevará
muy lejos, una lógica interior que se irá fortaleciendo, inspirando más cada
día a los principios que estimulan tu vida.
Quizá en algo tenían
razón los griegos cuando hablaban del destino, un triste final ya marcado, sí,
pero no porque estuviera escrito por otros, más por ti, por lo que fortaleciste
en tu interior.
Los pequeños
detalles, así como el amor, lo hacen posible todo, una gran construcción de tu
persona, pero no siempre es positivo, mucho menos lo mejor, aunque así lo hayas
interpretado.
La oscuridad, tristeza y sin sentido de la vida, con frecuencia forma parte de las decisiones e indecisiones de la misma persona, aquellas que siempre se hacen presente, aunque sea en el último respiro.
Juan M. Castro
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