domingo, 4 de agosto de 2013

HOMOSEXUALIDAD, IGLESIA Y PAPAS FRITAS





El viernes, 2 de agosto de 2013, mi querido amigo Teo Uckerman  publicó en su blog un artículo titulado “LOS PRINCIPALES PROTAGONISTAS DEL LOBBY GAY DEL CLERO DE TIJUANA”, debo de confesar que no ha dejado de sorprenderme este tema tan delicado, pero bien conocido por la feligresía de la ciudad de Tijuana. 



Más que mencionar nombres, ya que eso realmente no corrige la incoherencia y el doble lenguaje tan común de la jerarquía católica, pero llama mi atención la firme actitud del papa Francisco por purificar de lo que él considera un mal, iniciando desde el mismo Vaticano, sí, me refiero a la homosexualidad.  



¿Cuál es el delito por ser homosexual? Antes que nada son parte también de la creación de Dios, el moralizar su comportamiento, ¿acaso no es invadir la conciencia de ellos, que tan solo responde frente a la vida y a Dios? ¿Ser homosexual y sacerdote, acaso ofende a Dios? No lo creo, en todo caso ha estado ofendido desde hace siglos, ya que no es una epidemia en el tiempo. 


Desgraciadamente la fractura está dentro de la misma jerarquía católica, ya que el clero homosexual sufre la persecución y la difamación, cuando la realidad cada uno responde de manera diferente a Dios, a su llamado de servir con fidelidad a la iglesia, pero muchos de sus mismos detractores lo son también, quizá esto sea lo más vergonzoso y triste.  




Enfrentar el papa Francisco el dilema de la homosexualidad dentro de la jerarquía, es como para los republicanos y demócratas llegar a un común acuerdo sobre la reforma migratoria, será muy difícil si olvidan que los protagonistas del tema son seres humanos. 


El clero homosexual son los nuevos templarios, aquellos que una vez lo hicieron todo por la iglesia, pero ahora son perseguidos por ella, quizá aquí radique la raíz del doble lenguaje, tan solo una forma para poder continuar sin ser aniquilados, tan solo por ser como Dios los hizo. 


Quizá en el fondo es una lucha contra Dios, contra el deseo voluntarioso de su capricho de crearlos, de seguir creándolos. Dada la realidad de la iglesia, bien podríamos decir hoy, “Creo que la iglesia es Una, Santa, Católica, Apostólica y Homosexual”. Pensar diferente, tan solo es estar siendo irreal. 

Juan M. Castro




1 comentario:

Unknown dijo...

Le pienso y llego a esta teoría cuya intención no es ofender. Pienso que muchos de quienes entran al seminario lo hacen para huir de lo que sienten de ellos mismos que consideran algo malo, para sacarse sus demonios, llámese la negación de sus sentimientos homosexuales o pederastas, etc., y como Dios los hace y ellos se juntan, terminan unidos en los seminarios. Obviamente no puedo afirmar que todos, pero te pregunto si consideras cierto este razonamiento.