sábado, 3 de agosto de 2013

La última mirada




Los sucesos se presentan causando gran impacto en la conciencia, hasta la memoria se ve afectada, entonces se vive en automático, sin cuestionar, pero la pureza de la verdad sigue intacta, protegida por el fuego sagrado del conocimiento. La última mirada, aquella que no puede hacer frente a la realidad, sí, el estado más perfecto del conocimiento, aquel que invoca al cambio.  



Las murallas de un mundo definido se vienen abajo, ahora la espontaneidad y la sencillez llevan a nuevas interpretaciones de la vida, haciendo posible brillar la esencia misma. La última mirada, aquella melancolía en medio de dos ríos, pero donde tan solo uno te conduce a la libertad, momento para decidir.  

Aquella tarde en medio de la tormenta estaba ella, el frío y el hambre la estaban matando, desnuda en el camino, sin poder levantarse, pero la memoria hacía su mejor parte, la conducía al doloroso y liberador reconocimiento. Un fuerte grito liberador e intensas lágrimas marcaron el momento, entonces una enorme y bella águila apareció en el cielo, a toda velocidad bajó y la rescató, llevándola a un refugio, un tiempo para encontrarse consigo misma. 


La águila de la libertad volaba con gran fuerza, ella, entre sus garras, cansada y lastimada por la vida, sonreía, sabía que lo mejor estaba por venir, no era demasiado tarde, porque todo el tiempo atrás ya no importaba.  
 

Juan M. Castro



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