viernes, 30 de agosto de 2013

Ella aún vive


 

Vivir con intensidad cada momento, pero sin olvidar la existencia de la eternidad, imposible de negar. Las interpretaciones personales se vienen abajo, como aquella muralla que había resistido por tanto tiempo, pero llegado el momento se desmoronó frente a la incredulidad de todos, sí, dejándolos sin protección alguna.

 
Ella estaba agotada, de pie frente al espejo contemplaba su rostro, era muy hermosa, pero resentía ya el peso de la angustia, situaciones que nunca imaginó vivir, como una maldición que solo con la muerte se acaba.

Ese día lo decidió, la oscuridad había cegado su voluntad, estaba allí frente a la mar, alzó los brazos y se entregó al precipicio.  Dicen que sucedió un milagro, la mar hizo su mayor esfuerzo al levantar grandes y profundas olas más allá de sus límites, rescatándola, no permitiendo que sufriera daño alguno.

Han pasado muchos siglos, pero ella vive aún, ahora es más fuerte que nunca, ¿el sentido? Sí, se ha convertido en una guerrera contra la oscuridad y la ignorancia, se llama esperanza.

Cuando la voluntad sucumbe frente a la inconsistencia de la vida, entonces aparece ella y lo posee todo, pero aún así, si en apariencia se ve derrotada por la muerte, entonces se convierte en fe, una pequeña luz que logra iluminarlo y transformarlo todo.

No todo está dicho, los límites realmente no existen, hay mucho más de lo que vemos, es más intenso y profundo, difícil de entenderlo sin la presencia de ella.

 
Juan M. Castro

 

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