lunes, 25 de abril de 2016

DIME CUANTO TIENES PARA CONOCER TU VALOR




Después de muchos años, seguía mirándose al espejo con la misma pregunta, ¿quién soy? Estaba perdida, vivía de las glorias de su pasado, era el fruto de la cultura de la muerte.


¿Sigues creyendo que necesitas pertenecer y poseer para poder ser feliz y proyectarte como realmente crees que eres? Si tu respuesta es un “Sí”, entonces estás perdido, perteneces a la cultura de la muerte.
En la actualidad, en la búsqueda del sentido, de lo espiritual, de la honestidad, en esa lucha por salir de lo establecido, propia de un mundo ignorante, ¿a quién serle fiel y hasta qué punto?
A la familia.
A la pareja o parejas.
A la Iglesia o religiones.
A la conciencia.
A las propias ideas, aún sin tener la certeza de su veracidad.
Hablamos demasiado, hay muchas definiciones, muchos pretenden con sus argumentos históricos y lógicos poseer más que los demás, pero ¿será posible? Por experiencia bien puedo decir que no.  


En diferente medida, pero siempre estaremos acompañados de hábitos, costumbres y manías de la propia infancia, sí, cosas aprendidas que debemos reconocer, de allí la importancia de cuestionarlo todo, seguramente habrá mucho que no es precisamente como nos lo dijeron.
¿La sociedad? ¡Ummm! ¿Crees en la existencia del infierno? Abraza a la sociedad y seguramente terminarás ardiendo en el infierno “por decirlo de alguna forma figurada”, la sociedad es lo más vacío, contradictorio que pueda conservar la humanidad. La influencia social lleva a la supuesta grandeza, pertenencia, pero no, realmente lleva al vacío, al suicidio y la intolerancia, es la cultura de la muerte.
Pero, cuando hablo de la sociedad, ¿en qué estoy pensando?
¡Buena pregunta Juan! Me refiero a la cultura de la imagen, del buen decir, del pertenecer a cierto grupo, grupos de influencias. Una cultura que sobrevive aplastando a otros, haciéndoles creer que son inferiores y que jamás serán parte de, pero si existe el dinero quizá algo pueda cambiar, porque en la sociedad el dinero lo es todo, lo cambia todo. A eso me refiero.
La oportunidad, la aceptación y el perdón, son los ingredientes que llevan a la grandeza y calidad de una persona, ¿qué hemos hecho con esto en la actualidad?
Entonces el vivir es realmente un sobrevivir, una gran mentira, somos hipócritas.
Te quiero.
Juan M. Castro

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