domingo, 24 de abril de 2016

LOS ÚLTIMOS MINUTOS




El tiempo y la irreal sabiduría social parecía haberse llevado lo mejor de ella; cansada y perdida entre tantas definiciones, decidió retornar a sus orígenes, aquellos días marcados solamente por un futuro lleno de anhelos, pero no, la vida la sorprendió con la muerte, tan solo le quedaron algunos minutos de conciencia después del accidente.



«Mi cántico, el mejor, el más real y el último, estoy conmigo misma finalmente», pero sintió miedo y soledad, todo se desvanecía, un profundo sueño la abrazaba, finalmente una  alegría se apoderó de ella, todo se oscureciٔó a su alrededor.  
No estaba sola, una intensa luz estaba presente, la hizo reaccionar, un gran conocimiento y entendimiento despertaron en ella, todo se transformó, la esencia en su estado más puro y armonioso con su creador.  



Nada termina, simplemente se transforma, la vida simplemente es un equilibrio, es indefinible, pero depende de la sensible armonía con todos los seres y el universo.
El poder para dominar, el abuso para colectar y la necesidad de brillar por encima de los demás, son los mayores males, es contrario a la espiritualidad, a esa realidad que jamás termina.
«Pareciese que fue ayer cuando hablo de mi infancia, mi madre y mis hermanos, pero no, fue hace mucho tiempo».
Te quiero.
Juan M. Castro

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