lunes, 25 de julio de 2016

¿Qué puedo decirte?




Cuando te acercas a mí me encanta, pero cuando te escucho hablar prefiero que te vayas, lamento mucho decir esto, ¿qué han hecho de ti? Quizá, quizá, ya me los has dicho muchas veces… pero sí es tu responsabilidad por no haber aprendido a cuestionar. Pagar consecuencias por la irresponsabilidad o ignorancia de otro es algo que realmente me molesta mucho.


¿Será posible ser honesto frente a mí mismo en medio de una sociedad tan influyente y enfocada en el materialismo? Hasta esas realidades sublimes como el amor, Dios y la fraternidad están expuestas a las interpretaciones, conceptos sobre la vida que se han afianzado en la historia y que están llenas de prejuicios.

En un tiempo, en mi ingenuidad a mucho renuncié para poder formar parte de un grupo, para ser normal, pero después de años he logrado entender que la normalidad no existe y los grupos no tienen una identidad propia, tan solo actúan bajo formas similares influenciadas por la pretensión.

Aunque el aislamiento no trae consigo nada positivo, pero ¡qué difícil es encontrar el equilibrio en la sociedad! La constante de lidiar con las formar determinadas por otros y que intentan imponerse de alguna forma.

La vida es mucho más de lo que creemos, los pensamientos, los deseos y las necesidades no pueden ser encerradas, si existe un problema, entonces el problema no es ser, es dejar de ser uno mismo.

Te quiero.
Juan M. Castro


viernes, 22 de julio de 2016

EL RECONOCIMIENTO DE LA VERDAD




«… ya que para hacerse del poder han despojado a la realidad el reconocimiento de su verdad, han hecho de ella una interpretación diferente y muy conveniente para los intereses personales o de un grupo».


Es incuestionable que quien goza más de conocimientos podrá entender a profundidad y explicarse mucho mejor, quizá con el privilegio de tomar mejores decisiones, pero no necesariamente para un bien común, ya que sin el reconocimiento de la verdad todo adquiere matices diferentes, manipulados y expuestos a los propios intereses; este factor es muy propio de la esfera política y religiosa a lo largo de la historia, ya que para hacerse del poder han despojado a la realidad el reconocimiento de su verdad, han hecho de ella una interpretación diferente y muy conveniente para los intereses personales o de un grupo.

La diversidad social no debería considerarse una amenaza para el reconocimiento de la verdad, pero sí lo es la deshonestidad y la simple intención de alterar los hechos para un beneficio propio.

¿Será posible asesinar a tu propio pueblo y decir que lo gobiernas con justicia y equidad?

¿Será posible asesinar a tu pueblo y decir que en tu país se hacer valer el estado de derecho?  

¿Será posible creer en Dios y engañar a los demás?

¿Será posible amar a tu pareja y despojarla de lo que por derecho le corresponde?

¿Será posible un día reconocer la verdad, la diversidad y el sentido último de la vida?

¿Será posible que ames a tus hijos y los trates con humillaciones?

¿Será posible que la tradición tenga mayor valor que una verdad?

¿Será posible?

La fuerza de la verdad siempre se ha hecho realidad y lo transforma todo, pero en el tiempo, entonces lo importante es no guardar silencio.

Te quiero.
Juan M. Castro