«Cuando permites que conduzcan tu vida, tan solo te alejas de ti mismo, expones lo más sagrado, tus emociones, a la indulgencia de tu propio raciocinio manipulado, donde tan solo fluye de la manera más armoniosa la maldad, tu inteligencia moralizada destruyendo contradictoriamente tus propios anhelos»,
(Juan M. Castro).
Los deseos iniciales se pueden convertir en actos, pero
también en secretos, más cuando la irracionalidad está en tu entorno e impide
una comunicación razonable, justa para ambas partes.
Secretos, «Lo hemos mantenido en secreto hasta ayer», le
había dicho. Todos han guardado un secreto alguna vez, pero el secreto es tolerado
de acuerdo a su proporción y frente a los principios fundamentales que afecta.
A veces los secretos tan solo son simples actos no
comunicados a una persona intolerante y neurótica, ¿quién quiere estar
escuchando el sermón todo el tiempo? Otras tantas el acto de ocultar es por
deshonestidad, la intención de no exponer “ESO” para no privarse de la
gratificación que le produce, «Es mío, me gusta y no tienes cabida aquí, es mi
espacio, mi tiempo, aquí el nosotros no tiene lugar», no se lo decía, pero lo
repetía en su interior, le traía tranquilidad cuando la miraba a los ojos.
Pero ¿qué sucede cuando una institución mantiene
secretos? Más cuando se trata de una familia o un grupo religioso, quizá allí
lo cuestionable se convierte en inaceptable, entonces viene la pérdida de la
credibilidad, se produce la separación, es terrible.
Los secretos no deberían de existir, pero dado lo difícil
y ambiguo que son las reacciones humanas en una comunicación abierta, entonces
los secretos continuarán, casi nadie está preparado para los diálogos profundos
de reconocimiento.
«Tan solo le digo lo que quiere escuchar, es la mejor
manera de no tener problemas», le decía a su amigo.
«El todo que perdura y el nada que está condenado a
finalizar; el vacío de la vida frente al sentido y la realidad espiritual; el
valor excesivo de lo temporal y la cuestionable certeza de lo intemporal,
aquello que muchos hablan en distintas formas, pero tristemente con muchos
condicionamientos meramente humanos, quizá allí radica la negativa, olvidar el
sentido común y adoptar un estilo de vida que poco tiene de mística.
¿Qué más
podemos esperar de un mundo donde los intereses humanos tienen muchas máscaras?
Muchos se han entregado, pero tan solo han seguido a personas, han sido
víctimas del engaño y del fanatismo»
Dicen que, «Recordar es vivir de nuevo», sí lo creo.
Anoche con frío y frente a la chimenea, intensos y relajados momentos, era
imposible no recordarlo, viví de nuevo ese doloroso pasado lleno de ansiedad,
donde todo dependía aparentemente de otros, donde los más mínimos detalles eran
interpretados por ellos, ellos que pretendían hablar en nombre de una
institución hoy marcada por el escándalo y la poca credibilidad.
«Te lo dije, te lo dije muchas veces, pero siempre
dudaste de ti y confiabas más en ellos, pero no te culpo, eras ingenuo, no tenías
experiencia, no sabías que la vida se define y se asumen las consecuencias. A
los 15 años cometí muchos errores, me entregué sin cuestionar, no hubo nadie que
me previniera, estaba completamente solo, el impacto, el dolor y el abuso
emocional fue muy grande», aún me grita mi interior, cuando esos recuerdos
gastan mi tiempo.
Cuando profundizas con honestidad, solo para conocer la
realidad, quizá una triste realidad y partes de esa definición que ellos
formaron en ti, pero que tú has creído, entonces en el tiempo estarás bien, en
el tiempo solamente, pero llegará, gradualmente encontrarás la paz, entonces
sabrás quien eres realmente.
¿Quién está
libre de culpa? Solo los que no estuvieron presentes y que no tienen la más
mínima relación con nadie. Unos por permitirlo con el silencio, otros por haber
actuado y otros por haberlo deseado solamente en su interior.
«Nadie quiere
pagar consecuencias en un diálogo o confrontación, pero casi siempre tuvimos
algo de participación, incluyendo ciertas e ingenuas, pero propias intenciones,
aunque difiramos de la intención principal en cuestión.
El miedo al rechazo,
a la expulsión y al señalamiento, si bien sabes que necesitas ser muy claro y
fuerte sobre ti mismo para que la errónea opinión social-familiar que se crearon
de ti no afecte tu persona, de otra manera te destruiría.
Las
instituciones o personas solo buscan culpables o inocentes, entonces se hace
muy difícil e imposible el diálogo honesto que lleva al reconocimiento, brota
de esa manera la hipocresía y la pretensión, la consideración pierde su valor, allí
el contexto y las intenciones personales no importan, pero ¿quién está realmente
libre de culpa?»
«¿En qué momento
perdiste la alegría de vivir, de ser tú? Los días eran intensos, llenos de
proyectos y actividades, pero has permitido, sí, dejaste que la influencia de
un entorno que no elegiste reemplazara esa armoniosa definición de ti que
comenzabas a fortalecer, lo hiciste para agradar y ser como ellos, pero ¿dónde
están ahora? Experimentar la culpa no te ayuda en nada, reemplázala por el
deseo y el anhelo de recobrar tu identidad que sigue expuesta a la merced de la
ignorancia del verdadero sentido de la vida», le decía esa noche.
Ellos la consideraban
ya muerta, un imposible, pero había conocido el vivir con plenitud, allí radicó
el inicio de su reencuentro,el mejor impulso
es la verdad y el conocimiento adquirido o recobrado, entonces la fuerza en su
interior se hizo mayor, el sentido más que nunca.
Después de todo,
en el tiempo y en el vivir lo único que queda es el conocimiento de saber
identificar la verdad y el amor, aunque no sea una realidad en ti.
Juan M. Castro: PRISA MUCHA PRISA: Pareciese que es la prisa, una rapidez irracional que nos está gastando la vida de forma contraria al sentido, dejando así la oport...
Pareciese que es
la prisa, una rapidez irracional que nos está gastando la vida de forma
contraria al sentido, dejando así la oportunidad de la plenitud por lo vulgar y
superficial; el materialismo se ha convertido en el valor que ocupa la primacía,
entonces todo adquiere una nueva interpretación basada en dinero y popularidad;
aspectos bien aprendidos desde la infancia por el ambiente familiar-social y la
ausencia de Dios.
«Después de
tanto tiempo, como un niño clamo en medio de la oscuridad, me siento vacío,
solo y tonto», pensaba en esos momentos terribles de desgracia.
Si bien, las
emociones y las necesidades nos hacen experimentar y definir la vida con
intensos e irreales sentimientos, pero siempre hay algo de verdad, algo que tiene
que ver con el amor y el odio.
«Esa noche dio
inicio a una intensa lucha, con gran fuerza sostenía mi espada para no morir en
manos de ese demonio, con gran rapidez intentaba golpearme para asesinarme,
pero no podía, yo no luchaba solo, ella estaba conmigo y me daba una gran
fuerza», soñé.
«El amor, ¡oh sí! Cuanto puedo decir, ese primer
encuentro inesperado, miradas que bien pareciesen una comunicación, pero sin
palabras; una ansiedad, una emoción y un gran deseo de conocerlo todo, una explosión
interior que solo es posible cuando se es correspondido», creía ingenuamente.
Cuando existe la honestidad, el entendimiento y se
utilizan las prudentes palabras que jamás lastiman, entonces, ¿por qué se acaba
el amor y de una manera fea e incomprensible?
Los momentos más intensos tan solo residen en el pasado,
pensar en ello trae dolor, frustración y tristeza; la incomprensión, la
intolerancia son las responsables, entonces me alegro, nada he perdido porque allí
jamás existió ni tan siquiera un poco de admiración.
Sin duda los límites son propios de una humanidad
extremadamente emocional, pero no existen esas barreras, porque cuando aparece
el verdadero amor siempre lo transforma todo.
Te amo, te quiero donde quiera que estés, espero que
nuestras vidas se crucen muy pronto, estoy seguro que tú también lo deseas.
¿Habrá una diferencia entre mi vida, lo concebido y ese último
momento de aliento? ¿Podré vivir con esa plenitud mi día a día? Sin duda mi
experiencia en este mundo no ha sido una colección de logros desde una
perspectiva social, ya que jamás ha sido ese mi enfoque.
Como un río, de manera natural surge en mi interior esa
terrible influencia social creando grandes, vacías y estériles necesidades; cuando
logro detectarlas la ansiedad de aparte de mí, entonces recobro la
tranquilidad, el sentido y la claridad, me aparto de esas tontas necesidades
sociales que no me pertenecen, no van conmigo.
La vida es breve, pero jamás es tarde para recobrar el
sentido y el reconocimiento del otro.
«Quizá por mis problemas y enfoques para procesar las
situaciones no lo había considerado cuando estaba sucediendo, pero siempre en
el tiempo, aunque algunas veces tardíamente, pero termino entendiéndolo;
siempre hay algo de verdad en lo que se dice, pero en medidas diferentes», me
repito con frecuencia para no olvidarlo.
No me asusta lo que puedo escuchar o lo que otros
afirman, más lo que doy por hecho como una verdad en mi interior, me asusta
porque esto redefinirá y limitará mi vida si no hago algo al respecto.
Influencias, hay mucha información y poca profundidad en
lo que se dice o afirma, quizá sería más prestar atención en la esencia y
tristemente no en el desarrollo, para poder así capturar la idea, una verdad en
medio de un vacío de contenido y de intenciones contradictorias.
Dios y la institución familiar son las dos grandes
víctimas de esta influencia; una manipulación de creencias y prejuicios
históricos que han distorsionado la realidad, ¿cuántas verdades se esconderán?
Muchas, mucho estamos dejando de ver.
Siempre la constante transformación interior será un
imperativo, entonces jamás bastará el pretender que lo hemos entendido, la
fuerza de la verdad se hace presente y nos conduce a nuevas decisiones.
Realmente a veces me cuestiono el origen de los
prejuicios, de esos que nos hacen etiquetar, actuar como conciencias y
representantes de un Dios que hemos moldeado, no del real creador, al que Cristo
nos enseñó a llamarlo Padre.
Siempre me ha creado conflicto que «LA DIVERSIDAD», actúa
como una dinamita en muchas personas, llegando a considerarlo hasta diabólico,
inmoral y muy malo; entonces llama al Padre misericordioso de esa forma, ya que
parece ser un amante de la diversidad, del proceso y la evolución, sí, la
genética.
Cuantas personas han terminado y destruido sus vidas por
no ser aceptadas, por no ser amadas, tan solo por ser como Dios las hizo, pero
fue la ignorancia humana la asesina, una asesina en serie que seguimos
alimentando.
Tu forma de caminar, tu belleza, eres única y eres parte
de nosotros.
Intentaba
destruirlo con palabras vacías de sentido, la fuerza de la intención no tiene
valor frente a la realidad.
«Él no puede
tolerar cuando algo o alguien lo hace sentir incómodo, jamás lo tolerará y tu
si, una gran diferencia entre tú y él», le dijo, una perfecta definición que te
permite vivir con autenticidad y dignidad.
Interpretación,
realidad y contexto, una perfecta armonía que jamás debe de separarse, de lo
contrario las emociones se convertirán en el eje de tu vida, locos, absurdos e
irracionales actos impulsivos que tan solo conducen a tu propia destrucción.
«Algunos días
prefiero quedarme simplemente así, solo, rodeado de mis perros y mi hermoso
jardín, en una eterna tranquilidad; en algunas ocasiones intento romper y
alejarme este círculo íntimo que he logrado construir, entonces abro de nuevo
la puerta, pero es cuando más la quiero cerrar para siempre, odio la
superficialidad», pienso día a día.
Aún lo sigo
esperando solo frente a la chimenea, el sentido y la lealtad, el amor sin
egoísmo y posesión; al amigo que te ama y te acompaña incondicionalmente.
Juan M. Castro: AMERICA IS NOT ONLY WHITE: Cuestionar la pretensión de poseer la razón total en un discurso, en cualquier tema, es un imperativo y una muestra de ...
Cuestionar la pretensión de poseer la razón total en un discurso, en cualquier tema, es un imperativo y una muestra de entendimiento y de gran tolerancia frente a la diversidad; ya que de lo contrario está condenado al rechazo social y al error, pero en el tiempo, porque lamentablemente no siempre el reconocimiento del mal cometido por ignorancia es inmediato.
En Estados Unidos estamos viviendo una guerra de
información, palabras ofensivas, crueles y poco realistas del republicano
Donald Trump; hechos que no tienen sentido cuando se busca la unidad y la
fuerza como nación.
Juego de palabras que tan solo obedecen al egocentrismo y
la ignorancia, no al bienestar de una sociedad fundada por inmigrantes, allí es
donde radica su fuerza, no en el color, quien no lo reconozca, entonces no
conoce a su país.
Aún queda poco tiempo para que los republicanos hagan al
respecto, por el bien de su partido, del país y del balance de la salud de la
sociedad americana;
América no es de un solo color, pensar de manera contraria
es darle la bienvenida de nuevo a la esclavitud.
¿Qué importa entonces manifestarse cada quién en su propia forma?
¿Esto nos hace redefinir la lista de pecados?
«Espero que abras tu mente, somos muchos, vivimos en una diversidad cultural, pero vivir con rectitud de corazón, nos hace coincidir a todos, es el lenguaje de la tolerancia que llamamos también amor».
ALGO QUE NO DEBEMOS DE OLVIDAR:
Una reminiscencia cultural es aquella enseñanza que venimos arrastrando desde la infancia, pero casi en el olvido y que difícilmente podemos quitarnos. Con frecuencia las reminiscencias nos estimulan a actuar de determinada forma, siendo un tanto contradictorio frente a lo que queremos ser, si no tenemos conciencia clara de donde se originan.
En la biblia podemos encontrar una gran variedad de reminiscencias culturales, pero allí se habla de costumbres aprendidas de otros pueblos, hábitos arraigadas del pueblo de Israel que lo hacían ser infiel, pero no por eso dejaba de ser elegido de Dios.
Responder afirmativamente a Dios significa un cambio total de vida, pero ¿esto quiere decir que las reminiscencias culturales dejan de manifestarse?
Si bien, podemos decir que nunca en su totalidad, ya que Dios no pondría al hombre en grave conflicto, no lo separaría de momento de la sociedad misma, de sí mismo y del mundo conocido sin renovar antes su corazón con la reconciliación, lo demás tan solo es consecuencia del amor.
ENTONCES:
Deberíamos hablar más de una renovación que transforme el egoísmo en un bien común, una fraternidad propia de los hijos de Dios, un entendimiento de la libertad y sus límites frente al exceso.
Bien podemos hablar de un Dios respetuoso de las reminiscencias culturales del hombre, pero claro, exigente al mismo tiempo, ya que lo ha proveído de la razón, de esa capacidad que lo hace cuestionarse a sí mismo y mantener una conciencia en equilibrio, frente a cualquier entorno social en el que se encuentre.
POR ESO:
Tanto en el pasado como en el presente de la historia de la humanidad, podemos encontrarnos con una sociedad fracturada, lastimada y sin identidad propia, todo por el intento de vivir la palabra de Dios, sometiéndose a grupos religiosos intolerantes y manipuladores.
Más allá de la forma predeterminada y concebida de vivir la voluntad de Dios, que encontramos como fundamento en la biblia, quizás deberíamos considerar los propios matices culturales del tiempo en que fueron escritos y los de nosotros en la actualidad.
Necesitamos reinterpretar los pasajes bíblicos para el pensamiento moderno, que aunque sea el mismo Dios, pero nos comunicamos con nuevos conceptos, formas más claras que definen la dignidad, la igualdad entre el hombre y la mujer.
Desde luego que vamos a tener una misma coincidencia con el pasado, un mismo deseo y exigencia de Dios para todos, la medida de todo: RECTITUD DE CORAZÓN.
CONCLUSIÓN:
Entonces hablar de la rectitud de corazón, debe ir más en el entendimiento y tolerancia por el otro, debe tener primacía sobre el comportamiento moral, que tan solo es la consecuencia espontanea del amor y del respeto. Entonces no tiene sentido dividirnos por todas las diferentes formas de manifestarnos y de ser en esta vida.
La moral después de todo no es aplicable de manera universal y obedece más a grupos étnicos-religiosos propios de cada región, es el fruto de la misma donación, no importando que tan variada sea la opción de vida.
Dios no nos despoja de nuestro entorno con violencia, Dios no nos quita nuestra única identidad con intolerancia. El cambio es el fruto del perdón y del amor de Dios hacia nosotros, un perdón que nos reconcilia con nosotros mismos y con el mundo.
Entonces esta reconciliación nos hace reconocer con la claridad de conciencia, con nuestro propio lenguaje e interpretación cultural a Dios, un Dios que Cristo llamó con una sencilla palabra: PADRE.
Se cansó de la vida promiscua, de las conversaciones vacías y del sin sentido de las constantes actividades que no conducían realmente a nada trascendente, sabía que había algo más importante por hacer y ser, no podía precisarlo, pero se aventuró por ello.
¿Decisión? Sí, pero por supuesto un acto de consciencia
antes, necesidad de una claridad de lo que has estado haciendo, un reconocimiento
de la insatisfacción del estilo de vida, hasta entonces viene la necesidad de
un cambio, un nuevo camino.
El hábito y la inconsciencia son las responsables,
conducen a la anulación de la realidad, anteponen el espejismo de lo que
consideran, sacrificando el verdadero sentido.
Comportamientos erróneos, pero en un grupo en común se
hace una aceptación, entonces lo disfuncional aparece como normal, bueno y
sano, el amor entonces se convierte en una expresión, sin mayor profundidad,
solo palabras.