lunes, 30 de junio de 2014

AMORES & DECISIONES




AMORES & DECISIONES



En la profundidad de la oscura depresión, allí donde es difícil escuchar, ya que el sentido se ha perdido, entonces estaba sola. Hoy había decidido que fuera el ultimo día, lo terminaría dejando correr su sangre, sí, cortando las venas. 



 De manera inexplicable, como tantas cosas suceden en la vida, alguien llegó en ese instante. Al perder el control de sí misma, su espíritu lo tomó, una lucha había iniciado entre el sentido y una memoria plagada de tristes recuerdos.

Cuando me habló salí corriendo a su encuentro, llegué, la abracé y lloramos juntos. 


«¡Con qué facilidad nos olvidamos a nosotros mismos! Es imposible vivir y ser feliz evadiendo la realidad que te rodea. Te amo, pero tenemos que hablar, soluciones tenemos que darle. Me pides que me entregue a ti, pero tengo mi memoria llena de cosas que nos hemos solucionado y me lastiman, me confunden a cada momento. No puedo entregarme, pero sí te amo, ¿me entiendes? Necesitamos hablar, no podemos posponerlo más, no estamos bien, somos dos, no eres tú solo», ella lo planeó por décadas, sin lograrlo.



Tenerme no significa poseerme, no te engañes, mi opinión y mi persona necesitan vivir y alimentarse por sí mismas, no en ti y para ti amor. 


Te quiero

Juan M. Castro

viernes, 27 de junio de 2014

Siempre te recordaré




¿Será verdad que en el tiempo viene el olvido? Siendo honesto no lo creo, al menos no sucede eso con mis emociones y las conexiones de un pasado que ya no se alimenta, pero que tanto lo positivo o negativo siguen produciendo vibraciones en mi interior.




Para cada situación existe una explicación, no una justificación, quizá allí, frente al espejo de la propia realidad puedas entender la del otro, te sorprenderás, un mismo deseo e inicio, pero encausado por caminos diferentes.



«Jamás creí que existiera y que lo conocería esa noche, pero así fue, entonces me aparte de la realidad y me entregué a la locura de la pasión, a la delicia del ser más perfecto y comprensible; pero hoy se marcha de mi vida», me decía ella en medio de un gran dolor en su interior. 


La verdad es que todo se va, al final también nosotros lo hacemos, pero la gratitud y el reconocimiento producen frutos cuando todo se convierte en una memoria. 


Algunas veces quisiera recorrer mi pasado, sí, estar cerca y abrazar a tantas personas que en la actualidad ya no es posible hacerlo. 


Te quiero

Juan M. Castro

lunes, 16 de junio de 2014




Siempre he creído que una verdad tiene dos versiones, interpretaciones que provienen de experiencias distintas, sí, difícil de lograr una armonía entre ellas.
 


 
«Te amo, lo sabes, pero los dos sabemos que el amor no es suficiente para el futuro de nuestra relación», le decía ella con lágrimas en los ojos.
¿Por qué con frecuencia hacemos a un lado la razón por las emociones? El intento y el esfuerzo no tienen sentido, mucho menos cuando ya conoces las partes irreconciliables de los dos.
La tolerancia, comunicación y paciencia son muy efectivas, pero jamás están en la línea de mantener suspendida tu personalidad por el bien de otra.
El fundamento de una relación es el querer de los dos, conciencias independientes que jamás pierden su propia identidad, donde el amor lo hace todo mágico y perfecto; donde el esfuerzo y el sacrificio no tienen lugar.
Saber reconocer a tiempo puede ser muy triste y doloroso, pero más cuando te olvidas de ti mismo por décadas, tan solo por un erróneo concepto de lo que otros interpretan como matrimonio.
El amor no es suficiente, aunque al principio pareciese que sí, los pequeños detalles siempre terminan por minarlo todo, es entonces cuando retornamos a la razón, quizá nunca debimos de haberla olvidado.
La razón, esa enorme capacidad de analizar y profundizar en el conocimiento de uno mismo, nos lleva a decidir, nunca la olvides. Decidir duele, pero más duele cuando los años han pasado sin ser tú, sin estar donde tú quieres estar.
Te quiero
Juan M. Castro

viernes, 13 de junio de 2014

Días, quizá años, pero son momentos



«--Estoy contenta, me ha perdonado –le decía con los ojos llenos de lágrimas—cambiaré, creo que no lo he hecho bien, he sido muy neurótica, pero todo será diferente de hoy en adelante –le dijo.  
 
 
Pancha estaba estupefacta, no podía creer lo que estaba escuchando de su querida amiga Ramona del Perejil.
--Pero ¿qué te pasa, Ramona? –la cuestionó—ese hombre que llamas marido te ha estado golpeando, nada de regresar, ha abusado de ti toda la vida –le recordó-- ¡No puedes regresar con él! ¡No lo permitiré!».
Help me please… help me please… help me please…
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Corazones lastimados, engañados y manipulados, ¿por qué lo permites? Sé que es ese gran temor que no te permite ver con claridad lo bello que puede ser tu vida. Nadie nos pertenece, la libertad de expresar y cuestionar no es una opción, es una decisión y un derecho natural, no una concesión que se adquiere.
Quizá Ramona del Perejil tendrá que experimentar más golpes, quizá en algunos de ellos pierda la vida o quizá su amiga Pancha logre hacerla recapacitar, quizá, quizá, todo puede suceder, pero pareciese que la libertad y el entendimiento está muy distante de ella.
Sin embargo nadie está libre vivir en un hoyo, unos a mayor profundidad y oscuridad, pero de cualquier forma pareciese que siempre están cerca de nuestra vida; quizá sea por lo frágil que somos, por otra parte la intensidad de la inteligencia que nunca se sacia de buscar respuestas y de no tenerlas hace otro hoyo para saciarse.
Hay aspectos muy importantes que forman parte de la vida y de la esencia del hombre, uno de ellos representa casi un tabú el simple hecho de mencionarlo, sí, me refiero al espíritu que constantemente reclama su existencia y la trascendencia de su naturaleza, una verdad que con frecuencia omitimos o simplemente no queremos escuchar. 
 
 
Nada se puede vivir ignorando, la infinitud de la existencia, la vida y la fuerza de la verdad no dependen de nosotros, tan solo nos alcanzan en algún momento obligándonos a reconocerlas.
 
Te quiero
Juan M. Castro

jueves, 12 de junio de 2014

EL SECRETO


 

«En la noche se amaban, pero en el día fingían que eran amigos, hasta que decidí confrontarlos», me contó con cierto sarcasmo entre risas. Un secreto, un conocimiento fielmente divulgado por la boca de todos.
 
 
Me gusta, nos gusta y lo hacemos, pero cuando nos vemos seguimos fingiendo que somos diferentes, una tétrica mentira que olvida la similitud de las emociones propias de una misma especie, sí, somos humanidad.
El secreto mejor guardado es aquella verdad jamás confrontada, adquiere muchas formas y es una irrealidad en sí misma, tan solo por carecer de determinismo para mostrarse.
Entre las primeras impresiones y los prejuicios se esconden verdades, secretos que obedecen a proteger más un estado anímico emocional, no a una moralidad.
¿Por qué decimos ser morales, pero aún seguimos con secretos? Quizá porque no somos honestos y no queremos que las consecuencias se hagan presentes, entonces la vida se convierte en una gran mentira.
«¿Sabes quién eres? Entonces no hay lugar para los secretos, el dolor y el rechazo de igual forma llegarán.
 
Te quiero
Juan M. Castro

miércoles, 11 de junio de 2014

Ella solo ella



Érase una vez una hermosa chica, pero marcada por un destino contrario en el que nunca confió y que jamás la determinó, pero sí le hizo invertir más tiempo de lo usual.  
De pequeña llegó a pensar que se llamaba “tonta”, cuando se acercaba buscando un poco de cariño, también la llamaban “empalagosa”, «Tengo miedo, todo lo hago mal», se repetía constantemente en su interior. 
 
 
En sus primeras clases de doctrina religiosa, cuando se preparaba para su primera comunión, el sacerdote también la etiquetó llamándola “la pecadora”, quizá por sus constantes cuestionamientos que nadie lograba responder.
Años después, entre luces y oscuridades, en un momento radical, propio de su temperamento, se hizo monja, pero al año la corrieron por haber acosado al sacerdote, nadie le creyó que él había abusado de ella, aprovechándose de su ingenuidad y necesidad de cariño.
Ya que nada en su entorno estaba funcionando, se fue lejos, tanto que tuvo que aprender una nueva lengua, sufrió escasez y hambre, pero valió el esfuerzo, se encontró consigo misma.
«A veces la locura y la pérdida del sentido se debe a que terminamos por creer lo que dicen los demás de nosotros, se requiere un gran esfuerzo diario para romper, alejarte y empezar de la nada».
En un tiempo les creí, fueron los peores años de mi vida, parecía que ellos marcaban cada momento y el futuro desaparecía, mi última lucha, sí, rescatar mi vida, lo único que me quedaba era seguir a oscuras con los pocos anhelos que sobrevivían, pero ellos me condujeron a la verdadera libertad.
La última lucha antes de morir, el gran esfuerzo antes de perderlo todo, de terminar por olvidar quien soy, tan solo por creerles.
Te quiero
Juan M. Castro

lunes, 9 de junio de 2014

Tiempos




«Era hermosa y justa, todos la conocían, pero en el tiempo los comprometía y decidieron olvidarla; su vida le fue arrebata,  fue la voluntad y el regocijo de su verdugo, su cuerpo olvidado en el bosque, alimento para los animales. Indignación y dolor para quienes descubrieron la verdad, cuando ya era demasiado tarde». «Tiempo de lucha», gritaban las conciencias, pero a muchas de ellas el miedo las silenció.
 
 
El abuso, la manipulación y la mentira disfrazada en nombre de Dios, ya es algo intolerable, son formas que pareciesen que siempre han existido y que no se pueden erradicar, pero realmente sí se puede y es denunciándolo.
El pueblo de Dios no son los católicos y tampoco las comunidades cristianas independientes, es todo aquel que no olvida al que está a su lado, el que es capaz de ser considerado con el necesitado y que jamás el juicio precede como estimulante para dejar de ayudarlo.
El mensaje de Cristo es muy claro y sencillo, no se pierde en conceptos teológicos y filosóficos que en mucho ayudan a la enseñanza, pero con frecuencia son utilizados para encontrar justificaciones en formas que contradicen al mismo maestro en la práctica de la vida personal.
Siempre he creído que la inteligencia y el sentido común nos llevan a la libertad, saber ver con claridad y reconocer los hechos, quizá sea una de las grandes semejanzas que tenemos con Dios, conocer la verdad públicamente, no con miedo y confusión en nuestro interior.
«Esa noche caminaba en la oscuridad, entre los arbustos escuché su llanto, se trataba de un niño, estaba lastimado, abusado y quebrantada su dignidad, creí que lo podía ayudar, pero realmente era yo mismo», mis reflexiones.
Cuando el miedo y la culpabilidad se van, una gran fuerza nace en el interior, un gran deseo por la búsqueda de la verdad se apodera y ya nada lo puede parar.
Casi nada está dicho, las grandes verdades y la esencia misma de la vida no pueden radicar en este breve recorrido por el mundo.
Los seguidores siempre se inspiran en su maestro, son fieles a sus palabras y utilizan todos los medios disponibles para profundizar en su verdad que es un compromiso social, sin importar las consecuencias.
Te quiero
Juan M. Castro