viernes, 19 de julio de 2013

La luna negra



Quizá un método no conocido abiertamente, pero sí una verdad heredada para todos, sí, los llamados “hijos de la luna negra”, formas complejas y afines a una verdad. Artífices de un conocimiento que pareciese pertenecer a grupos cerrados, ya que estimulaban un pensamiento contrario al común de la conciencia social, pero contradictoriamente presente de manera individual en todos, la mayor de las veces existiendo inconscientemente, pero produciendo sus frutos, señal de su discreta existencia.  


 Se les sigue asociando injustamente a una oscura espiritualidad, claro, por quienes no conocen la naturaleza de su ancestral surgimiento y constante resurgimiento, haciendo frente a una espiral social de procesos repetitivos. Es una lucha por la libertad, donde la verdad se ilumina con la razón, conmemorando  la dignidad de la naturaleza humana, más allá de la culpa del pecado, tan solo para reconocer que ha precio de sangre ya ha sido restituida por alguien. 

«Aún recuerdo esa noche de luna negra, bajé los angostos escalones, pero no tenía miedo cuando estaba frente a ellos, eran como yo, buscaban lo mismo. Después que recibí la cera caliente de sus velas sobre mi cabeza, entonces reconocí que era la verdad, aquella que por símbolo sostenían en las manos, una verdad que siempre había morado en mi interior, pero que no alcanzaba a descifrar», fragmentos de mi memoria. 

Juan M. Castro


No hay comentarios.: